17/02/2024
Una guía para sobrevivir a una compraventa sin perder un riñón, un ojo y dos dientes.
Los impuestos, esa palabra de cinco sílabas que puede hacer temblar hasta al más audaz de los mortales. Y cuando se mezcla con la compraventa de inmuebles, el cóctel resultante podría ser lo suficientemente potente como para necesitar irse de retiro tres días.
Pero no todo es malo, cuando se trata de comprar o vender una propiedad, entender los impuestos implicados es tan crucial como elegir la ubicación perfecta, ya que, podemos optimizar y ahorrarnos lo máximo.
Veamos, sin rodeos, qué impuestos te encontrarás si estás en ese proceso y cómo elegir la mejor opción, siempre con un toque de humor porque, ¿quién dijo que los impuestos no pueden tener su gracia?
IVA/O ITBI – El Primer “Monstruo” del Camino
Empecemos por el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), ese impuesto que todos conocemos y hace que las cosas suban de valor. Y es que comprar una casa directamente del constructor o promotor viene con este extra.
Nosotros en Vivalta solemos describir el IVA en la compraventa como en esa salsa extra que no pediste en tu comida y que te toca tragarla.
Para las viviendas de segunda mano, nos encontramos con el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP). Cada compra-venta es única, y el ITP es un recordatorio de que lo antiguo también puede tener su encanto (y sus obligaciones fiscales).
Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (IAJD) – La Guinda del Pastel
Ah, y no olvidemos el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (IAJD), que se aplica tanto a nuevas adquisiciones como a las de segunda mano cuando hay hipoteca de por medio.
Es como ese tío lejano que solo aparece en las reuniones familiares importantes: siempre está ahí, aunque no lo esperes.
Plusvalía Municipal – El Camuflado
Luego está la plusvalía municipal, oficialmente conocida como el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU). Este es el ninja de los impuestos: silencioso, pero letal.
Se basa en el incremento del valor del terreno desde que lo compraste hasta que lo vendes. Sí, tienes que pagar incluso por el suelo de debajo de tu casa.
Consejos no solicitados si estás comprando o vendiendo una vivienda
Conoce a tu enemigo
Antes de aventurarte en la compra o venta de un inmueble, infórmate bien sobre los impuestos que se te aplicarán y subvenciones disponibles. El conocimiento es poder, y en este caso, puede significar un buen ahorro.
Si te interesa vender o comprar con VIVALTA, nosotros hacemos estas gestiones por ti. Eso que te ahorras.
Busca un guía
Considera la posibilidad de contratar a un asesor fiscal. Este profesional te orientará a través de los complejos trámites fiscales asociados a la compraventa de inmuebles, ayudándote a evitar errores que podrían costarte caro. Un buen asesor fiscal no solo te ahorrará dinero identificando posibles deducciones y beneficios fiscales, sino que también te proporcionará tranquilidad, asegurándote de que todos tus papeleos estén correctos y presentados a tiempo.
Su conocimiento y experiencia son una inversión que vale la pena para pasar con más seguridad el proceso de compraventa.
La Planificación es clave
¿Sabías que, dependiendo de cómo y cuándo realices la compra o venta de tu propiedad, puedes influir significativamente en cuánto pagas en impuestos?
A veces, una estrategia bien pensada puede reducir tu carga fiscal. No es trampa, es jugar inteligente.
Al contrario, es hacer uso inteligente de las normas fiscales en vigor. La ley ofrece varios mecanismos y deducciones que, si se aplican correctamente, pueden reducir considerablemente tu carga fiscal.
Por ejemplo, en la venta de una vivienda, el momento del año en que se realiza puede afectar la cantidad de impuestos a pagar debido a las variaciones en las tasas impositivas o en las deducciones aplicables. Del mismo modo, al comprar, ciertas inversiones en la propiedad pueden ser fiscalmente deducibles y, por tanto, reducir la base imponible.
Además, el tipo de financiación escogida para la compra de un inmueble puede tener implicaciones fiscales significativas. Elegir entre un préstamo hipotecario tradicional o una alternativa de financiación puede hacer que te ahorres un buen dinero.
Mantén el sentido del humor
Porque, al final del día, si no puedes reírte de la complejidad del sistema fiscal, ¿de qué puedes reírte?
Como ves, comprar o vender una vivienda no es solo ver el anuncio y comprar. Hay mucho más. Y puede ser hacer igual de complejo que hacer yoga en una canoa: complicado pero no imposible.
Con la información correcta, un buen asesor y, por supuesto, un poco de humor, podrás salir ganando. Seas la parte compradora o vendedora.
Nosotros en VIVALTA, estamos por aquí, por si necesitas preguntar cualquier duda. No mordemos, por el momento.